La educación le permite al hombre vivir en plenitud, porque le brinda la capacidad de autoconducir su vida hacia un horizonte que le dé sentido y asumir los valores supremos de la existencia. Es un proceso permanente cuyo objeto es humanizar y personalizar al hombre, orientándolo hacia la trascendencia.
La Institución sostiene una concepción de educación cuyo núcleo sustantivo es “la formación integral, armónica y permanente de la persona humana en la totalidad de sus dimensiones constitutivas”. Esa formación implica el desarrollo y perfeccionamiento de los aspectos ético-espirituales, socio-afectivos, intelectuales y psicomotrices de la persona.
La educación que brinda la Institución se enmarca en la cosmovisión cristiana del hombre, de la sociedad y de la cultura, y se inspira en valores consecuentes.

....1.2 Visión del hombre, del mundo y de la vida.

El hombre es un ser que se distingue por realidades muy concretas:
..... Es persona humana desde el momento mismo de su concepción.
..... Es un ser único, singular e irrepetible, creado por Dios a su imagen y semejanza, dotado de esencia y dignidad inviolables.
..... Es un ser dinámico que construye su propio proyecto de vida y lo perfecciona a lo largo de su existencia para lograr su plenitud.
..... Es una unidad bio-psico-espiritual y social que logra esa autoconstrucción -con libertad, conciencia y responsabilidad- mediante la interacción con otras personas.  Por eso se afirma que el hombre “se perfecciona como persona en comunidad de personas”.
..... Es un ser abierto a la trascendencia, capaz de comprender el sentido de la vida y de su propia existencia, que es el encuentro con Dios.

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